Vuelta del viaje
Todo lo bueno se acaba y mis vacaciones no iban a ser menos. Ya estoy de vuelta dispuesta a contaros mi viaje con pelos y señales en varios posts (ha sido un viaje en el que ha pasado casi de todo). Nos lo hemos pasado en grande, sobretodo porque la gente con la que nos encontramos en el viaje es estupenda y todos teníamos muchas ganas de ver cosas y pasarlo bien.
La única pega fue la guía que no ha colaborado gran cosa para que esto fuera todo lo bien que podía, las explicaciones dejaban mucho que desear, no era especialmente simpática. La organización del viaje no fue del todo buena y nos quedamos sin ver sitios como el Tribunal de la Haya o el puerto de Rotterdam a pesar de estar en la Haya y en Rotterdam porque el tiempo que nos dejaron era insuficiente sobretodo porque nos pararon en zonas muy alejadas de los lugares citados. Sin embargo, todo ello fue recompensado con creces por el buen rollo que llevábamos todos.
Nuestro primer día en Amsterdam fue el lunes que llegamos en avión desde España. Ese día solo vimos el aeropuerto, el hotel, la gasolinera y el Mc Donalls porque para cuando nos decidimos a salir eran las 6 de la tarde y esperábamos a la guía a eso de las siete aunque llegó a las ocho. Ese rato de espera no fue del todo en valde ya que conocimos a parte de la gente con la que ibamos a estar de viaje que resultaron encantadores y han conseguido que haya sido un viaje estupendo.
Así que el primer día que de verdad pasámos en Amsterdam fue el martes. Salimos temprano del hotel hacia el centro de la ciudad donde una guía local nos explicó algunas de las zonas más interesantes de la ciudad desde el autobus, aunque pudimos dar un pequeño paseo por el mercado de flores cerca del cual pudimos degustar un estupendo café con un bombón de regalo que también estaba muy bueno.
También nos llevaron a una fábrica de diamantes que resultó ser una excusa muy mal montada para intentar vendernos unos anillos. Por suerte estaba al lado de los museos y pudimos enterarnos de los horarios para poder verlos por la tarde que teníamos más tiempo.
Después de comer en una especie de teatro (típico para turistas con una comida poco recomendable) nos llevaron con el autobus al centro, donde dijo la guía que era un sitio interesante para la mayoría pese que la mayoría queríamos ir a un punto que para nada quedaba cerca de donde nos dejaron (la guía resulto ser muy borde, ya os contaré más). Y desde ahí nos indicó la forma de llegar a los museos, pero casí nos perdemos porque los números de tranvía que nos había indicado eran erróneos.
Vimos el museo de Van Gogh y despues nos decidimos a dar un paseo en barco que casi no damos porque todos los puestos estaban cerrando. Por suerte uno donde la estación central seguía abierto y por 10 Euros (nada barato) dimos un vuelta por los canales de la ciudad que me resultó realmente encantadora.
Por la noche después de cenar los dieciocho que componíamos el viaje nos fuimos a ver el barrio rojo (casi nos perdimos otra vez siguiendo las indicaciones de la guía) a mi personalmente no me gustó mucho la verdad es que me dieron mucha pena las chicas que estaban ahí, aunque al día siguiente la guía local nos dijo que estaban ahí por voluntad propia, no es lo que me pareció ver en la expresión de su cara.
Al día siguiente fuimos a ver Volendam, Market y otro pueblecito encantador de cuyo nombre soy incapaz de acordarme.
Todos son pueblos preciosos de casas pequeñas y verdes que parecen hechas para los turistas pero en las que realmente vive gente. También pudimos ir a una fabrica de quesos que resultó ser algo parecida a la de los diamantes solo que aquí nos dieron queso para probar que por cierto estaba buenísismo.
Por la tarde volvimos a Amsterdam a ver las cosas que nos quedaron sin ver.
Seguiré con el resto del viaje en sucesivos posts. (por fin puedo hablar de algo que no sea la elección de plaza
2 comentarios
javier.ovi -
Natalia -